5 de septiembre de 2012

Con el ojo por ojo al final todos ciegos.

Que esto ya no es lo que era, que he estado ciega, he vivido mil mentiras a cambio de una verdad. Por fin me he dado cuenta que no existen príncipes ni princesas, que lo de 'todos son iguales' era una leyenda y que algún día sabré verdaderamente cual es el sabor del amor. Amor correspondido, digo. No 'te amo's sin sentimiento a cambio de un par de polvos. Que los 'mañana te llamo' dejan de tener sentido al pasar tres días, y tus ganas de querer disminuyen con la decadencia de caricias y sonrisas. Te aburres de tanta monotonía y de tanto hipócrita en un mismo lugar. Que los sueños dejan de ser sueños cuando te jodes la vida para alcanzarlos y pierdes mil personas y mil oportunidades por el camino. Yo hablo desde la rabia y el dolor de haberme dado cuenta, después de tres años, de que nunca fui nada importante para alguien por quien seria capaz de morir o matar. Un ilusionista. Alguien que aprendió antes a jugar con los sentimientos de las personas que a pensar.

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