10 de diciembre de 2012

COMO AGUA Y ACEITE, TAN CERCA Y TAN LEJOS.

Y como cántaros de agua lloro. Y aparentemente no tengo ningún motivo, soy consciente de ello. Pero esto es a lo que me han acostumbrado. Hago una mueca de indicio de sonrisa, pero ambos sabemos que no es así. Que en realidad lo que necesitamos es algo nuevo. Que no me mires así, que no me trates así, que te echo de menos. Que estoy jodida ¿sabes? Estoy jodida porque sin ti me siento vacía, sola en medio de la multitud. Y me arropo, me arropo en él, para que lo veas, para que lo sientas. Para que te des cuenta de que me quieres y me pierdes. Y tu te limitas a decirme que he cambiado, que no soy la misma, que no somos como antes. Y yo me pregunto, en vez de quejarte, ¿por qué coño no vienes y besas? ¿porqué ahora sacas tu lado tierno a sabiendas de que ya nada es como fue? ¿Porqué me has desaprovechado? ¿Porqué te desaproveché? No se si eres lo que merezco pero eres lo único que quiero, te lo aseguro. Échame una mano, guíame. No me mires así, no me pongas ojitos, no me beses, no me trates como si nada hubiera pasado. Yo no quiero que volvamos a ser los mismo de hace dos años, yo quiero que me sigas mandando Whatsapps diciendome los días que faltan, que me des los buenos días cada viernes como si no hubiera mañana, que me sigas tapando cuando me quede dormida en tu regazo, que me recojas, me lleves, me folles, me ames, me sonrías. Yo lo que quiero es que dejes de querer dejar de quererme.

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