Nunca creí en el amor. Pensaba que era una ilusión que sentian los adultos. También pensaba que yo nunca sentiría algo tan "indescriptible" por nada, y mucho menos que alguien lo sintiera por mi. Y de repente te das cuenta que la gente habla sin saber, que hay veces que no mandas tú, que manda tu corazón. Que los besos empiezan a ser necesarios en tu día a día, que sus te quiero son tu ración enérgica diaria. Que querer es más fácil de lo que pensabas.
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